domingo, 19 de agosto de 2012

A veces da temor abrir los ojos, porque por ahí los abres y ves todo patas arriba. Y eso es lo que en verdad da miedo, los cambios. Como un chico que juega a las escondidas tapandose los ojitos, creyendo que asi no lo ven, uno a veces cierra los ojos como si asi fueran a desaparecer los problemas.

Uno detesta y ama a esa persona del espejo que te dice quien eres en realidad. Uno detesta y ama a quien abre tus ojos.
Abrir los ojos es agridulce. Por un lado, como que se pierde la magia, pero por el otro... se sale del engaño. A veces lo que tenemos que ver es tan horrible, que preferimos hacer la vista gorda y cerrar el muro y vivir en una cajita de cristal. Y otras veces la burbuja se pincha y no queda otra que abrir los ojos. Es como salir de la oscuridad, que la luz te enceguece. Ojos que no ven, corazon que no siente. Mejor mirar para otro lado, dicen. Meter la cabeza en la tierra como hace el avestruz. Pero para que algo cambie hay que romper la burbuja, hay que salir de la cajita de crital. Y que quereis que os diga prefiero ver la realidad que vivir una mentira

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